miércoles, julio 13, 2011

La luna y la rosa


En el silencio estrellado
la Luna daba a la rosa
y el aroma de la noche
le henchía ?sedienta boca?
el paladar del espíritu,
que adurmiendo su congoja
se abría al cielo nocturno
de Dios y su Madre toda...
Toda cabellos tranquilos,
la Luna, tranquila y sola,
acariciaba a la Tierra
con sus cabellos de rosa
silvestre, blanca, escondida...
La Tierra, desde sus rocas,
exhalaba sus entrañas
fundidas de amor, su aroma...
Entre las zarzas, su nido,
era otra luna la rosa,
toda cabellos cuajados
en la cuna, su corola;
las cabelleras mejidas
de la Luna y de la rosa
y en el crisol de la noche
fundidas en una sola...
En el silencio estrellado
la Luna daba a la rosa
mientras la rosa se daba
a la Luna, quieta y sola.

Miguel de Unamuno

Nació en Bilbao, el 29 de septiembre de 1864, siendo su nombre completo, Miguel de Unamuno y Jugo.
Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, con la tesis titulada “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca” (1884)
.
Este estudio mostraba su ideología contraria al nacionalismo vasco de Sabino Arana. Ocupó la cátedra de griego en 1891, en la Universidad de Salamanca, y en 1901 el cargo de Rector, al que debió renunciar en 1914, por las hostilidades hacia la monarquía de Alfonso XIII, pero continuó como profesor de griego.

Sus ideas lo enfrentaron, en 1924, con el dictador Miguel Primo de Rivera, quien lo desterró a Fuerteventura (Islas Canarias). Huyó de allí hacia Francia, para volver a su tierra en 1930, cuando fue destituido Primo rivera.[...]
Falleció en Salamanca, el 31 de diciembre de 1936, sufriendo un arresto domiciliario, por su ideología política contraria al régimen de Franco.

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