
De hombre en la soledad—
¡qué perenne soliloquio! —
Habla profundo a si propio.
Habla a Dios con frases claras;
fluyen de las mismas aguas
por la eternidad en curso.
Con voz temblorosa habla
Para que yerbas y musgos
la palabra testifiquen.
Habla con vientos diversos
para que el mensaje lleven
del horizonte ai oído.
Testigos hace a las rocas
porque las estrellas oigan
desde la piedra de asiento:
«De piedra de soledad
he de levantar un templo».
Henriqueta Lisboa
(Brasil)
(En 'Montanha Viva, Carcaça' (1959)
Tradução de Ángel Crespo(España)
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